Dos definiciones de Economía

Ciencia de las relaciones sociales para producir, distribuir, intercambiar y consumir bienes y servicios.
Ciencia del comportamiento social del uso de recursos limitados para satisfacer necesidades ilimitadas.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Concepto de Preferencias

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Las negrillas, sangrías, supresión y separación de algunos párrafos son nuestros para efectos de estudio.

Preferencia
De Wikipedia, la enciclopedia libre.

Preferencia es un concepto usado en ciencias sociales, particularmente en economía.
Asume una elección real o imaginaria entre ciertas alternativas y la posibilidad de ordenarlas.
Más generalmente, puede verse como una fuente de la motivación. En ciencias cognitivas, las preferencias individuales determinan la elección de los objetivos. Por ejemplo, se suele preferir la felicidad al sufrimiento o a la tristeza. Además, usualmente se asume que se suele (aunque no siempre) preferir un mayor consumo de un bien normal a un consumo menor.

Preferencia en economía.

En microeconomía, las preferencias de los consumidores y otras entidades se modelan con relaciones de preferencia.

Si S es el conjunto de todos los "paquetes" de bienes y servicios (o más generalmente los "mundos posibles"), entonces es una relación de prefencia de S si existe una relación binaria en S tal que A ≤ B si y solo si B es al menos tan preferible como A.
Se suele decir que "B es débilmente preferible respecto a A".
Si A ≤ B pero no se da B ≤ A, entonces el consumidor prefiere estrictamente B a A, lo que se representa como A < B; B. Si A ≤ B y B ≤ A entonces el consumidor se muestra indiferente entre A y B.

Normalmente se asume lo siguiente:

La relación es reflexiva: A ≤ A .

La relación es transitiva: A ≤ B y B ≤ C entonces A ≤ C. Junto con la reflexividad, esto significa que es un preorden.

La relación es completa: para todo A y B en S tenemos A ≤ B o B ≤ A o ambas (la completitud implica reflexividad). Esto significa que el consumidor es capaz de formar una opinión sobre el mérito relativo de cualquier par de elementos.

Si S es un espacio topológico, entonces la relación es continua si para cada par de sucesiones convergentes y con para todo n se da x ≤ y. Esto se satisface automáticamente si S es finito.
Si ≤ es transitivo y completo, entonces existe una relación racional de preferencia.

En algunos textos, una relación transitiva y completa recibe el nombre de orden débil (o preorden total).
La completitud es más cuestionable. En la mayoría de las aplicaciones, S es un conjunto infinito y el consumidor no es consciente de todas las preferencias. Por ejemplo, no hay por qué decidir si se prefiere ir en vacaciones en avión o en tren si no se tiene suficiente dinero para ir de vacaciones (aunque también se puede soñar con lo que se haría de ganar la lotería). Sin embargo, la preferencia puede interpretarse como una elección hipotética que puede realizarse, en lugar de un estado consciente de la mente. En este caso, la completitud asume que el consumidor siempre puede decidirse entre sí es indiferente o prefiere una opción cuando se le presenta cualquier par de opciones.
La economía de la conducta investiga las circunstancias en las que la conducta humana es consistente e inconsistente con estas suposiciones.
La relación de indiferencia ~ es una relación de equivalencia. Así que se tiene un conjunto cociente S/~ de clase equivalente de S que forma una partición de S. Cada clase de equivalencia es un conjunto de paquetes que son igualmente preferidos. Si solo hay dos artículos, las clases de equivalencia pueden representarse gráficamente como curvas de indiferencia. A partir de la relación de precedencia de S se tiene una relación de preferencia en S/~. A diferencia de lo anterior, en este caso hablamos de una relación antisimétrica y un orden total.

Normalmente es más conveniente describir una relación de preferencia en S con una función de utilidad , tal que u (a) ≤ u (b) si y solo si a ≤ b.

Siempre existe una función de utilidad continua si ≤ es una relación de preferencia relacional continua en Rn.
Todo lo expuesto es independiente de los precios de los bienes y servicis e independiente de la capacidad adquisitiva del consumidor. Esto determina lo realizable (lo que puede costearse). En principio, el consumidor elige un paquete dentro de sus capacidades cuando lo prefiere al resto de posibles paquetes; con lo que maximiza la utilidad.
Para cualquier relación de preferencia hay muchas funciones continuas de utilidad que la representan. Asimismo, cualquier función de utilidad puede usarse para construir una única relación de preferencia.

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jueves, 8 de diciembre de 2011

Concepto inicial de Equlibrio General

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Las negrillas, sangrías, subrayados, supresión y separación de algunos párrafos son nuestros para efectos de estudio.

* Tomado de:


Teoría del equilibrio general

La teoría del equilibrio general es una rama de la teoría microeconómica. La misma trata de dar una explicación global del comportamiento de la producción, el consumo y la formación de precios en una economía con uno o varios mercados.
El equilibrio general intenta dar una explicación de lo particular a lo general (bottom-up), comenzando con los mercados y agentes individuales, mientras que la macroeconomía, según lo expresado por los economistas keynesianos, emplea una visión de lo general a lo particular (top-down), donde el análisis comienza por los componentes más destacados. Puesto que la macroeconomía neoliberal ha acentuado fundamentos microeconómicos, esta distinción se ha diluido.
Sin embargo, muchos modelos macroeconómicos tienen un 'mercado de bienes' y estudian, por ejemplo, su interacción con el mercado financiero. Los modelos generales del equilibrio suelen incluir diversos mercados de bienes. Los modelos generales modernos del equilibrio son complejos y requieren computadoras para ayudar a encontrar soluciones numéricas. En un sistema de mercado, los precios y la producción de todo los bienes, incluyendo el precio del dinero y el interés, están relacionados. Un cambio en el precio de un bien, por ejemplo el pan, puede afectar otro precio (por ejemplo, los salarios de los panaderos). Si el gusto del pan depende de quién sea el panadero, la demanda del pan puede verse afectada por un cambio en los salarios de los panaderos y, por consiguiente, en el precio del pan.

En teoría, calcular el precio de equilibrio de un solo bien requiere un análisis que considere todos los millones de diversos bienes que están disponibles.

Historia de los modelos de equilibrio general

El primer intento en la economía neoclásica de modelar los precios de toda una economía lo realizó Léon Walras. Su obra Los elementos de la economía pura proporciona varios modelos, cada uno de los cuales tiene en cuenta una mayor cantidad de aspectos de una economía real (dos tipos de bienes, muchos tipos de bienes, producción, crecimiento, dinero). Algunos autores (por ejemplo, Eatwell, 1989, y también Jaffe, 1953) piensan que Walras no tuvo éxito y que los últimos modelos que desarrolló son inconsistentes.

En particular, el modelo de Walras era un modelo de un período prolongado en el cual los precios de los bienes de capital son iguales, independientemente de que aparezcan como variables de entrada o como variables de salida, y se presenta el mismo margen de ganancias en todas las líneas de la industria. En este modelo, el precio de costo de cada bien de capital debe ser igual, en equilibrio, al precio de demanda. Esto es inconsistente con lo que se obtiene cuando se toman, como dato, las cantidades de bienes de capital. Sin embargo, cuando Walras introdujo bienes de capital en sus modelos posteriores, tomó sus cantidades como un dato, en relaciones arbitrarias. Kenneth Arrow y Gerard Debreu también tomaron las cantidades iniciales de bienes de capital como un dato, pero adoptaron un modelo simple en el cual los precios de los bienes de capital varían con el tiempo y también el tipo de interés varía de un bien de capital a otro.

Walras fue el primero en organizar un programa de investigación que ha sido seguido por muchos economistas del siglo XX. En particular, planteó la necesidad de investigar las condiciones necesarias para que los equilibrios sean únicos y estables.
Walras también propuso un sistema dinámico mediante el cual se puede alcanzar un equilibrio general, denominado tâtonnement o proceso a tientas.
El proceso de tâtonnement es una herramienta para investigar la estabilidad de equilibrios. Los precios son anunciados por un subastador, y los agentes indican qué cantidad quieren ofrecer (proveer) o comprar (demandar) de cada uno de los bienes. No se realiza transacción ni producción alguna mientras los precios estén desequilibrados.
En cambio, se reducen los precios de aquellas mercancías con precios positivos y exceso de oferta, mientras que aumentan los precios de las mercancías con exceso de demanda.
La pregunta para el matemático es bajo qué condiciones tal proceso alcanzará un equilibrio en el cual la demanda se equilibre con el suministro para proveer para mercancías con precios positivos y la demanda no exceda el suministro de aquellas mercancías con un precio nulo. Walras no pudo encontrar una respuesta definitiva a esta pregunta (véanse, más abajo, los problemas sin resolver en equilibrio general).

En el análisis del equilibrio parcial, la determinación del precio de un bien se simplifica consultando el precio de un bien, y asumiendo que los precios del resto de las mercancías permanecen constantes.
La teoría marshalliana de la oferta y demanda es un ejemplo de análisis de equilibrio parcial.
 El análisis de equilibrio parcial es adecuado cuando los efectos de primer orden de un cambio (por ejemplo, la curva de la demanda) no desplazan la curva de oferta.

Los economistas angloamericanos se interesaron en el equilibrio general a finales de la década de 1920 y a principios de la de 1930, luego de que Piero Sraffa demostrara que los economistas marshallianos no pueden explicar la pendiente ascendente de la curva de oferta de un bien de consumo.

Si una industria utiliza poca cantidad de un factor de producción, un pequeño aumento en el volumen de producción de dicha industria no incrementará el precio de dicho factor. En una aproximación de primer orden, las empresas en dicha industria no notarán una disminución en sus costos, y las curvas de suministro de la industria no experimentarán un incremento. En cambio, si una industria utiliza una cantidad apreciable del factor de producción, un aumento en el volumen de la producción producirá una reducción de los costos de producción. Pero tal factor es probable que sea utilizado en substitutos del producto de la industria, y un aumento de precio de este factor tendrá efectos sobre la oferta de los sustitutos. Por lo tanto, según Sraffa sostenía, en estos casos los efectos de primer orden de un cambio en la curva de la demanda de la industria original incluyen un cambio en la curva de oferta de los sustitutos para el producto y cambios correspondientes en la curva de oferta de la industria original.
El equilibrio general es adecuado para investigar este tipo de interacciones entre los mercados.
Los economistas de Europa continental realizaron importantes avances en la década de 1930. Las demostraciones de Walras sobre la existencia del equilibrio general a menudo se basaban en contabilizar la cantidad de variables y de ecuaciones.

Pero tales estrategias son inadecuadas para sistemas de ecuaciones no lineales, y no implican que los precios y las cantidades del equilibrio no puedan ser negativos, lo cual es una solución que carece de sentido.

El reemplazo de ciertas ecuaciones por desigualdades y el uso de matemáticas más rigurosas permitieron mejorar el modelado del equilibrio general.

Concepto moderno del equilibrio general en la economía

Precio de equilibrio en un mercado libre.

El concepto moderno del equilibrio general es proporcionado por un modelo desarrollado en común por Kenneth Arrow, Gerard Debreu y Lionel W. McKenzie en los años 50. Gerard Debreu presenta este modelo en su obra La teoría del valor (1959) como un modelo axiomático, siguiendo el estilo matemático promovido por Bourbaki. En este enfoque, la interpretación de los términos en la teoría (mercancías, precios) no es fijada por los axiomas.

A menudo se han citado tres importantes interpretaciones de los términos de la teoría.

Primero, supóngase que las materias primas son distinguibles por la región en donde se entregan. De aquí se deriva que el modelo de Arrow-Debreu es un modelo espacial de, por ejemplo, comercio internacional.

En segundo lugar, supóngase que las materias primas se distinguen según el punto en el tiempo en el que se entregan. Es decir, imagínese que todos los mercados se equilibran en un cierto instante inicial del tiempo. En este modelo, los agentes compran y venden contratos. Por ejemplo, un contrato especifica un bien que se entregará y la fecha en la cual debe entregarse. El modelo de Arrow-Debreu de equilibrio intertemporal contiene mercados a plazo para todas las mercancías en todas las fechas. No existe ningún mercado en ninguna fecha futura.

Tercero, supóngase que los contratos especifican los estados de la naturaleza que afectan si una materia prima debe entregarse: "un contrato para la transferencia de una materia prima ahora especifica, además de sus características físicas, su ubicación y su fecha, acontecimiento cuya ocurrencia condiciona la realización de la transferencia. Esta nueva definición de una materia prima permite obtener una teoría libre del riesgo de cualquier concepto probabilístico... " (Debreu, 1959).

Estas interpretaciones pueden combinarse. Por lo tanto, se puede decir que el modelo completo de Arrow-Debreu es aplicable cuando las mercancías se identifican según cuando deban entregarse, dónde deben entregarse, y en qué circunstancias deben entregarse, así como su naturaleza intrínseca. Por tanto, existirá un sistema completo de precios para contratos tales como "1 tonelada de trigo rojo de invierno, entregada el 3 de enero en Minneapolis, si hay un huracán en la Florida durante diciembre". Un modelo general del equilibrio con mercados completos de esta clase parece todavía estar lejos de ser una forma adecuada de describir los funcionamientos de las economías verdaderas.

No obstante, sus autores sostienen que, aun así, es útil como guía simplificada de cómo funcionan las economías verdaderas.

Parte del trabajo reciente acerca del equilibrio general ha explorado las implicaciones de los mercados incompletos, es decir, una economía intertemporal con incertidumbre, donde no existen contratos suficientemente detallados que permitan que los agentes asignen correctamente sus demandas y recursos a través del tiempo.

Si bien se ha demostrado que, por lo general, tales economías seguirán presentando un equilibrio, el resultado puede ya no ser óptimo según Pareto. La explicación básica para este resultado es que si los consumidores carecen de medios adecuados para transferir su abundancia de un momento en el tiempo a otro y el futuro es riesgoso, no existe nada que ate ningún precio al índice del substituto marginal relevante, que es el requisito estándar para el óptimo de Pareto. Sin embargo, en algunas condiciones la economía puede seguir siendo un óptimo condicionado de Pareto, lo que significa que una autoridad central limitada al mismo tipo y número de contratos que los agentes individuales tal vez no mejore el resultado.

Lo que se necesita, más bien, es la introducción de un sistema completo de contratos posibles. Por lo tanto, una de las implicaciones de la teoría de mercados incompletos es que la ineficiencia puede ser el resultado de instituciones financieras subdesarrolladas o de apremios crediticios que sufren algunos miembros del público. La investigación en esta área todavía se encuentra en desarrollo.

Propiedades y características del equilibrio general

Las preguntas básicas en análisis del equilibrio general se refieren a las condiciones bajo las cuales un equilibrio será eficiente, qué equilibrios eficientes pueden alcanzarse, cuándo se garantiza la existencia de un equilibrio y cuándo el equilibrio será único y estable.

Primer teorema fundamental de la economía del bienestar

El primer teorema fundamental del bienestar establece que los equilibrios de los mercados son eficientes según el criterio de Pareto.
En una economía de intercambio puro, una condición suficiente para que sea válido el primer teorema del bienestar es que las preferencias del consumidor no se satisfagan localmente.
El primer teorema del bienestar también es válido para economías con producción, sin importar las propiedades de la función producción.
Las suposiciones implícitas adicionales son que los consumidores son racionales, los mercados son completos, no hay externalidades y la información es perfecta.
Por ejemplo, en una economía sin externalidades es posible encontrar puntos de equilibrio que no son eficientes. Si bien es cierto que estas suposiciones son poco realistas, lo que afirma el teorema es, básicamente, que las fuentes de ineficacia encontradas en el mundo verdadero no se deben a la naturaleza misma del sistema de mercado, sino a algún tipo de falla del mercado.

Segundo teorema fundamental de la economía del bienestar .

Aunque cada equilibrio es eficiente, no es verdad que cada asignación eficiente de recursos será un equilibrio. El segundo teorema indica que cada asignación eficiente puede sostenerse por un cierto conjunto de precios. En otras palabras, todo lo que se requiere para alcanzar un resultado particular es una redistribución de las dotaciones iniciales de los agentes después de lo cual el mercado se ajustará sin necesidad de intervenir. Esto sugiere que la eficiencia y la equidad pueden abordarse por separado sin necesidad de favorecer una en demérito de la otra. Sin embargo, las condiciones para el segundo teorema son más fuertes que las condiciones necesarias para el primer teorema, pues ahora es preciso que las preferencias de los consumidores sean convexas
(la convexidad corresponde, a grandes rasgos, a la idea de disminuir la utilidad marginal, o a preferir los "promedios sobre los extremos").
Existencia

Aunque cada equilibrio es eficiente, ninguno de los dos teoremas previos expresa nada sobre cuál es el equilibrio existente. Para garantizar que existe un equilibrio necesitamos que las preferencias de los consumidores sean continuas, crecientes y convexas (aunque con un número grande de consumidores esta condición se puede relajar tanto para la existencia como para el segundo teorema de la economía del bienestar)y con dotaciones positivas. En forma similar, aunque menos plausible, los sistemas factibles de producción deben ser convexos, excluyendo la posibilidad de economías de la escala. Las pruebas de existencia del equilibrio generalmente se apoyan en teoremas de punto fijo tales como el teorema del punto fijo de Brouwer, o su generalización (el teorema del punto fijo de Kakutani). En efecto, se puede pasar rápidamente de un teorema general sobre la existencia del equilibrio al teorema del punto fijo de Brouwer. Por esta razón, muchos economistas matemáticos consideran que demostrar la existencia es un resultado más fuerte que demostrar los dos teoremas fundamentales.

Unicidad

Si bien (suponiendo convexidad) existirá un equilibrio que generalmente será eficiente, las condiciones en las cuales será único son mucho más fuertes. Aunque el tema es sumamente técnico, un análisis simple nos demuestra que la presencia de los efectos de la riqueza/abundancia (que es la característica que distingue más claramente el análisis de equilibrio general del equilibrio parcial) genera la posibilidad de la existencia de equilibrios múltiples.

Cuando el precio de un bien determinado cambia, se producen dos efectos.

Primero, se modifica la atracción relativa entre las distintas materias primas y, en segundo lugar, se altera la distribución de la riqueza/abundancia de agentes individuales.

Estos dos efectos pueden compensarse o reforzarse de forma tal que más de un conjunto de precios constituya un equilibrio.

Un resultado conocido como el Teorema de Sonnenschein-Mantel-Debreu indica que la función agregada de la demanda hereda solamente ciertas características de la función de demanda individual, y que éstas (continuidad, homogeneidad del grado cero, ley de Walras, y comportamiento del límite cuando los precios están cerca de cero) no son suficientes para garantizar la unicidad del equilibrio. Se han realizado muchas investigaciones sobre las condiciones en las que el equilibrio será único, o por lo menos cuando el número de equilibrios posibles se ve limitado. Un resultado indica que, en condiciones suaves, el número de equilibrios será finito e impar (véase el teorema del índice).
Además, si una economía en su totalidad, caracterizada por una función de exceso de demanda agregada, posee la característica preferencia revelada (que es una condición mucho más fuerte que las preferencias reveladas por un solo individuo) o la característica substituta bruta, entonces el equilibrio será único.
Se puede considerar que todos los métodos para establecer unicidad establecen que cada equilibrio tiene el mismo índice local positivo, en cuyo caso allí puede haber, por el teorema del índice, únicamente un punto de equilibrio.

Determinación

Dado que los equilibrios pueden no ser únicos, es interesante determinar si un equilibrio específico es por lo menos único para un lugar específico. Si esto es así, se puede aplicar la estática comparativa siempre y cuando las perturbaciones al sistema no sean demasiado grandes. Como se indicó previamente, en una economía regular los equilibrios serán finitos y, por lo tanto, localmente únicos. Debreu determinó que "la mayor parte" de las economías son regulares. Sin embargo, trabajos recientes de Michael Mandler (1999) han desafiado esta afirmación.

El modelo de Arrow-Debreu-McKenzie es neutral entre los modelos de las funciones de producción, es continuamente diferenciable y está armado a partir de combinaciones lineales de procesos de coeficientes fijos. Mandler acepta que en ambos modelos de la producción, las dotaciones iniciales no serán consistentes con una serie continua de equilibrios, a excepción de un conjunto con una medida de Lebesgue nula. Sin embargo, las dotaciones cambian en el modelo con el transcurso del tiempo, y esta evolución de dotaciones es determinada por las decisiones de los agentes (por ejemplo, firmas) del modelo. En este modelo, los agentes tienen un interés en los equilibrios que son indeterminados: "La indeterminación no es sólo un fastidio técnico, sino que mina la suposición de precio de toma de los modelos competitivos. Dado que las manipulaciones arbitrariamente pequeñas de factores de suministro pueden incrementar significativamente el precio de un factor, los propietarios de un factor no considerarán los precios como paramétricos." (Mandler, 1999, p. 17).

Cuando la tecnología se modela mediante combinaciones lineales de procesos con coeficientes fijos, los agentes óptimos conducirán dotaciones tales que exista una serie continua de equilibrios: "Las dotaciones donde ocurre una indeterminación se presentan sistemáticamente a través del tiempo y por lo tanto no pueden ser desatendidas; el modelo de Arrow-Debreu-McKenzie se verá así influido por los dilemas de la teoría del factor de precio." (Mandler, 1999, p. 19) .

Los críticos del análisis de equilibrio general cuestionan su aplicabilidad práctica, basándose en la posibilidad de la no unicidad de equilibrios.

Los partidarios han precisado que este aspecto es de hecho una reflexión de la complejidad del mundo verdadero y, por lo tanto, es una característica realista atractiva del modelo.

Estabilidad

En un modelo típico de equilibrio general, los precios que prevalecen "cuando las condiciones generales de la economía se estabilizan" son aquellos precios que compatibilizan las demandas de los diferentes consumidores por las distintas mercancías. A partir de ello, surge la pregunta sobre cuál ha sido el proceso mediante el cual la economía ha llegado a ese estatus de equilibrio, esto es, el proceso mediante el cual los precios y asignaciones han llegado a ese nivel en el que los mercados se vacían. Lo cual se relaciona con saber cuál sería el comportamiento frente a eventos transitorios que modifiquen la economía. ¿Acaso los precios regresarían a los niveles que tenían antes de los eventos que perturbaron la economía? Ésta es la cuestión de la estabilidad del equilibrio, y puede verse fácilmente que está relacionada con la unicidad. Si hay equilibrios múltiples, entonces algunos de ellos serán inestables. Si un equilibrio es inestable y hay una perturbación o evento, la economía tenderá hacia un sistema distinto de asignaciones y de precios una vez que el evento haya concluido y el proceso convergente termine. Sin embargo, la estabilidad depende no sólo de la cantidad de equilibrios, sino también del tipo del proceso que guía el cambio de precios (para un tipo específico de proceso de ajuste del precio). Por lo tanto, algunos investigadores se han centrado en aquellos procesos de ajuste plausibles que garantizarán la estabilidad del sistema, es decir, precios y asignaciones que convergen siempre a un cierto equilibrio. Sin embargo, en caso de existir más de un equilibrio, el punto en el cual termine el proceso dependerá de cuál era la condición inicial del sistema.

Problemas pendientes de resolución en el equilibrio general

Investigaciones realizadas sobre el modelo de Arrow-Debreu-McKenzie han revelado algunos problemas con el modelo. El resultado conocido como teorema de Sonnenschein-Mantel-Debreu indica que, esencialmente, cualquier restricción en la forma de las funciones de exceso en la demanda es restringente. Algunos piensan que esto implica que el modelo de Arrow-Debreu carece de contenido empírico. De todos modos, no es posible esperar que los equilibrios de Arrow-Debreu-McKenzie sean únicos o estables.
Se ha mencionado que un modelo planteado alrededor del proceso de tatonnement es un modelo de una economía centralmente planificada, no una economía de mercado descentralizada.
.Algunas investigaciones han intentado, sin mucho éxito, desarrollar modelos generales del equilibrio con otros procesos. Específicamente, algunos economistas han desarrollado modelos en los cuales los agentes pueden negociar a precios que se encuentran fuera de equilibrio, y tales negociaciones pueden afectar los equilibrios a los cuales tiende la economía.
Particularmente significativos son el proceso de Hahn, el proceso de Edgeworth y el proceso de Fischer.
Los datos que determinan los equilibrios de Arrow-Debreu incluyen inventarios iniciales de los bienes de capital. Si la producción y el comercio ocurren fuera de equilibrio, estos inventarios se modificarán, lo que complicará aún más el análisis.

En una economía verdadera, sin embargo, el comercio, al igual que la producción y el consumo, continúan en condiciones fuera del equilibrio. Por lo tanto, en el curso de la convergencia al equilibrio (suponiendo que esto ocurre), los inventarios cambian. Esto a su vez cambia el conjunto de equilibrios.
O sea, el conjunto de equilibrios depende de la trayectoria... Esta dependencia de la trayectoria hace que el cálculo de los equilibrios que corresponden al estado inicial del sistema sean esencialmente irrelevantes. Lo que importa es el equilibrio que alcanzará la economía partiendo de los inventarios iniciales, no el equilibrio en que habría estado dados los inventarios iniciales, en el caso de que los inventarios iniciales hubieran tenido precios correctos (Franklin Fischer, según la cita de Petri, 2004).
El modelo de Arrow-Debreu, en el cual todo el comercio tiene lugar en contratos a futuro realizados a tiempo cero, requiere que existan un gran número de mercados.

El mismo es equivalente en el caso de mercados completos a un concepto de equilibrio secuencial, en el cual se abren, en cada evento que ocurre en una fecha, mercados spot de bienes y activos (que no son equivalentes en el caso e mercados incompletos); la compensación (clearing) del mercado requiere entonces que toda la secuencia de precios compense todos los mercados en todo momento.

Una generalización del esquema de mercados secuenciales es el método de equilibrio transitorio, en el que la compensación del mercado en un punto en el tiempo es condicional de las expectativas de precios futuros, que no necesariamente deben ser los valores de compensación del mercado. Aunque el modelo de Arrow-Debreu-McKenzie se plantea en términos de un cierto numeral arbitrario, el modelo no abarca el dinero. Frank Hahn, por ejemplo, ha investigado si se pueden desarrollar modelos de equilibrio general en los cuales el dinero participa como elemento central.
La meta es encontrar modelos en los cuales la existencia de dinero puede alterar las soluciones del equilibrio, quizás porque la posición inicial de los agentes depende de precios monetarios.
Algunos críticos del modelo de equilibrio general afirman que gran parte de las investigaciones en estos modelos no son más que ejercicios matemáticos sin conexión alguna con las economías reales.
"Hoy existen esfuerzos que se consideran grandes contribuciones económicas, aunque son meros ejercicios matemáticos, sin ninguna sustancia económica y sin ningún valor matemático" (Nicholas Georgescu-Roegen, 1979).
Aunque los modelos modernos en teoría general del equilibrio demuestran que en ciertas circunstancias los precios convergerán al equilibrio, los críticos sostienen que las suposiciones necesarias para obtener estos resultados son extremadamente restrictivas. Al igual que las rigurosas restricciones sobre las funciones de exceso de demanda, las suposiciones necesarias incluyen racionalidad perfecta de la información completa individual sobre todos los precios ahora y en el futuro, y las condiciones necesarias para una competencia perfecta. Sin embargo, algunos resultados de la economía experimental indican que incluso en circunstancias donde hay pocos agentes informados en forma imperfecta los precios que resultan y las asignaciones a menudo se asemejan a las correspondientes de un mercado perfectamente competitivo. Hahn Frank defiende el equilibrio general que modela, considerando que proporciona una función negativa. Los modelos generales del equilibrio demuestran lo que tendría que ocurrir para que una economía no regulada resulte Pareto eficiente.

Equilibrio general computable

Hasta la década de 1970, el análisis de equilibrio general era esencialmente teórico, no obstante los trabajos de Leif Johansen en 1960.
La aplicación del esquema de equilibrio en la búsqueda de respuestas a preguntas prácticas de política pública se popularizó sólo hasta 1969, cuando Herbert Scarf presentó un algoritmo numérico eficiente para el cálculo de equilibrios en economías complejas.
En forma paralela, los avances en poder computacional y el desarrollo de los sistemas estadísticos nacionales --que puso a disposición del público general las tablas de insumo-producto necesarias para implementar modelos de grandes dimensiones y gran detalle sectorial-- han supuesto un importante incentivo para incluir el llamado "modelado aplicado de equilibrio general" como parte de las herramientas habituales de los analistas públicos..
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miércoles, 30 de noviembre de 2011

Preferencia Revelada: Noción Básica

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Las negrillas, sangrías, subrayados, supresión y separación de algunos párrafos son nuestros para efectos de estudio.

Preferencia Revelada
De wikipedia

En microeconomía, la teoría de la preferencia revelada es un método por el cual es posible discernir la mejor opción posible sobre la base del comportamiento del consumidor.
En esencia esto significa que las preferencias de los consumidores pueden ser reveladas por sus habitos de compra.
 La teoría de la preferencia revelada apareció debido a que las teorías de la demanda del consumidor se basaban en una tasa marginal de sustitución decreciente. Esta tasa estaba fundamentada en el presupuesto de que los consumidores toman decisiones de consumo sobre la base de su intento de maximizar su utilidad. Mientras que la maximización de la utilidad no era un presupuesto controversial, las funciones de utilidad subyacentes no podían ser medidas con gran certidumbre.
La teoría de la preferencia revelada era un medio de reconciliar la teoría de la demanda, creando una manera de definir las funciones de utilidad observando el comportamiento.
El concepto fue postulado originalmente por G.B. Antonelli (San Miniato, Pisa, 1858 - 1944) y redescubierto y formalizado por el economista estadounidense Paul Samuelson (1915 –2009 ).

Teoría

Si una persona escoge cierto conjunto de bienes (por ejemplo, dos manzanas, tres peras), mientras que puede comprarse otro conjunto de bienes (por ejemplo, tres manzanas, dos peras), entonces se dice que el primer conjunto se revela como preferido al segundo. Es entonces que se asume que el primer conjunto de bienes es siempre preferido que el segundo. Esto significa que si alguna vez el consumidor compra el segundo conjunto de bienes, entonces se asume que no puede pagar el primer conjunto de bienes. Estos implica que las preferencias son transitivas. En otras palabras, si se tiene los conjuntos A, B, C, ..., Z, y A se revela como preferido a B que es preferido a C y así, entonces se concluye que A se revela como preferido a C hasta Z. Con esta teoría, los economistas pueden trazar curvas de indiferencia que se adhieren a modelos ya desarrollados de la teoría del consumidor.

El axioma débil de la preferencia revelada

El axioma débil de la preferencia revelada es una característica en el comportamiento de decisión de un agente económico. Por ejemplo, si un individuo escoge A y nunca B cuando se enfrenta con una elección de ambas alternativas, nunca debe escoger B cuando se enfrente con una elección de A,B y algunas opciones adicionales. Esto es, si B nunca se escoge cuando A está disponible, entonces no puede haber presupuesto dado que contenga ambas alternativas, para que B sea escogido y no A.

Referencias

Nicholson, W. (2005) Microeconomics, Thomson, Southwestern.

Mas-Colell, A. (1995)  "Microeconomic Theory", First Edition, New York: Oxford University Press, New York

Varian, H. (1992) Microeconomic Analysis, Third edition, New York: Norton, Section 8.7 G. B.

Samuelson, P. (1938). A Note on the Pure Theory of Consumers' Behaviour. Economica 5:61-71.

Antonelli (1886), Sulla teoría matemática della economía pura. Pisa.
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lunes, 7 de noviembre de 2011

Conceptos sobre Tasas de Descuento y Redescuento

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Las negrillas y contenido entre paréntesis son nuestros para efectos de estudio.

Tomado de:


La tasa de descuento (discount rate) o tipo de descuento o costo de capital es una medida financiera que se aplica para determinar el valor actual de un pago futuro.

(...)

Un tema importante de política económica es cómo determinar una tasa de descuento apropiada. Porque la tasa de redescuento que aplica el banco central a los efectos que toma de otras instituciones financieras, que a su vez los han tomado del público, puede tener un impacto dramático, al determinar el comportamiento de los bancos privados y las inversiones corporativas que descuentan originalmente e influir así sobre el ritmo del conjunto de la economía.

(...)

Tomado de:


REDESCUENTO

Operación mediante la cual el Banco Central de un país descuenta letras y otros efectos que los bancos comerciales, a su vez, han descontado a sus clientes. El redescuento es una forma de crédito que se da a los bancos comerciales y que permite a éstos mejorar su Liquidez.
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En inglés rediscount.
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2011, INE II, 2 EP, Cuetionario 1

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1. Mencione tres instrumentos de la política económica:

2. Concepto de Superávit Público:

3. Concepto de Déficit Público:

4. Mencione cuatro funciones del Estado:

5. Concepto de "laissez faire":

6. Mencione tres fallos significativos del mercado:

7.. Mencione cuatro grandes áreas en la que puede agruparse la política económica internacional:

8. Rama de la Ciencia Económica y la Ciencia Política que estudia la toma de decisiones de los Poderes del Estado:

9. Tres esferas diferentes de la relación entre los ciudadanos y el Estado en los Estados Unidos de América:

10. Mencione tres principios de la tributación:

11. "Los individuos deben pagar impuestos proporcionales a lo que reciben de los programas públicos". ¿A qué concepto se refiere esta frase?.

12. Los impuestos que deben pagar los contribuyentes están relacionados con su renta o riqueza". ¿A qué concepto se refiere esta frase?.

13. Consiste en el conjunto de normas o incentivos basados en el mercado destinados a controlar las decisiones de las empresas relacionadas con los precios, las ventas o la producción:

14. Dos tipos de regulación estatal:

15. Consiste en el conjunto de normas o incentivos basados en el mercado destinados a controlar las decisiones de las empresas relacionadas con los precios, las ventas o la producción especialmente referidas al control de precios, a las condiciones de entrada y salida y a la calidad del servicio de una determinada industria:

16. Consiste en el conjunto de normas o incentivos basados en el mercado destinados a controlar las decisiones de las empresas relacionadas con los precios, las ventas o la producción especialmente en lo relacionado con la protección al medio ambiente, así como la salud y la seguridad de los trabajadores y de los consumidores:

17. Tres grandes justificaciones para la regulación estatal:

18. Cuando el costo de una actividad económica es suficientemente alto para que no compense que ésa actividad económica sea desarrollada por más de una empresa:

19. Economías que existen cuando es más eficiente que sea una sóla empresa la que produzca algunos bienes diferentes:

20. Cinco características de la competencia imperfecta:
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domingo, 6 de noviembre de 2011

2011 INE II 3 E P Cuestionario 1

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1. Desequilibrio entre la cantidad de dinero en circulación y la producción:

2. Todas aquellas cosas que son aceptadas en forma general a cambio de bienes y servicios:

3. Mercancía que es el equivalente general de todas las demás mercancías y que desempeña varias funciones derivadas de su caracter de mercancía:

4. Seis funciones del Dinero:

5. La más importante función del Dinero:

6. El oro y la plata llegaron a funcionar como Dinero por cuatro características:

7. Expresión monetaria del valor:

8. ¿A qué factor se debe que las mercancías puedan expresar su valor en dinero?:

9. Para cumplir con su función de medida de valores se requiere la presencia real del dinero. Cierto o Falso.

10. Para cumplir con su función de patrón de precios, no se requiere la presencia real del dinero. Cierto o Falso.
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miércoles, 17 de agosto de 2011

lunes, 11 de julio de 2011

Ley de Engel: aumenta la renta, disminuye la alimentación

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Ley de Engel
De wikipedia

(...)

La ley de Engel no implica que el gasto de alimentos se mantiene sin cambios a medida que aumenta la renta, sino que sugiere que los consumidores aumenten sus gastos de alimentos (en términos proporcionales) menos de lo que aumentan sus ingresos.

Una consecuencia de esta ley es la pérdida de importancia de la agricultura a medida que un país se enriquece, cuando la demanda de los productos alimenticios no crece al mismo ritmo que la renta nacional.

(...)
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viernes, 18 de marzo de 2011

Realidad como objeto de investigación

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1. Economía como ciencia social

1.1. Naturaleza de la ciencia
1.1.1. Realidad objetiva
1.1.2. Realidad como objeto de investigación
1.1.3. La ciencia como explicación de la realidad

Evaristo Hernández

La realidad es lo existente. Al ser humano le interesa inquirir e indagar sobre lo existente por razones obvias. Para vivir y reproducir su vida el ser humano, como todos los seres, necesita interactuar con las cosas que existen. La interaccion del ser humano con el mundo interno y externo es diferente de la de los otros seres de la naturaleza. El ser humano tiene pensamiento. Tiene un cerebro evolucionado que permite realizar representaciones de las cosas existentes. Pero las representaciones de las cosas existentes no son las cosas existentes. Las representaciones mentales son expresiones limitadas de la existencia sin limite de las cosas.

Por la necesidad de vivir el ser humano indaga, inquiere, identifica, conoce y transforma la realidad para utilizarla en la generacion de bienes que satisfagan sus necesidades.

La realidad se convierte en un objeto de investigacion del ser humano. Acumula conocimientos sobre lo existente y lo transmite de generacion en generacion . La investigacion es una actividad del ser humano que ha constituido y constituye un mecanismo central para apropiarse en su provecho de lo existente.
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martes, 15 de marzo de 2011

El método histórico y la definición de Economia

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El metodo historico y la definicion de Economia.
Evaristo Hernández

Para analizar cualquier fenomeno, de la naturaleza incluso, de la sociedad y del pensamiento, es determinante, imprescindible, diriamos, examinarlo por medio del metodo historico.

El metodo historico nos dice que toda realidad tiene pasado, presente y futuro. Y estas tres dimensiones de la realidad se encuentran intimamente relacionadas; el futuro, por ejemplo, depende del presente; el presente ha dependido del pasado. En consecuencia, el futuro depende del pasado.

Por las razones anteriores se puede afirmar, sin lugar a dudas, de que lo mas cercano a la realidad de las cosas (cosas, en el sentido filosofico del termino, como seres con existencia propia) es su evolucion, su cambio en diferentes momentos en el tiempo y por ello, el metodo historico forma parte de y es necesario para comprender la realidad de las cosas, de todas.

La Economia como realidad natural, social y cognoscitiva o del conocimiento, no escapa a su realidad historica.

Como toda realidad, valga la redundancia, la Economia tambien es un todo, una totalidad. En ese todo en momentos de su desarrollo dominan ciertos elementos parciales dentro de todo el movimiento economico. Estos elementos que forman parte del todo economico se destacan, protagonizan procesos; y para efectos de pensar la realidad extraemos, relevamos y representamos los elementos que nos parecen mas importantes.

De manera que obtengamos primero una conclusión central: la Economia tiene un proceso historico: pasado, situación actual y perspectivas.

La realidad es multiple, diversa y si se quiere complicar la forma de expresión, es intra e inter relacionada. Todos los fenómenos de la realidad se relacionan con elementos a su interior y a su exterior. Y cada fenomeno es especifico, singular, tiene propiedades y caracteristicas unicas. Seres aparentemente iguales, como los clonados, son diferentes. Cada ser tiene una vida irrepetible. Aunque existan seres y fenomenos similares, son diferentes y unicos en ultima instancia.

El ser humano, inicia el proceso de conocimiento de las cosas, en la prehistoria y la niñez, clasificandolas, definiendolas, caracterizandolas. Por ello, cuando vamos a hablar o escribir sobre el proceso historico de una realidad, es necesario, primero, definirla. La definición de las cosas nos permite distinguirlas, unas de otras.

Las definiciones son una realidad del pensamiento. Las definiciones como toda realidad, tienen historia. No es lo mismo definir Economia en la Grecia Antigua, centenares de años antes del nacimiento de Cristo, que definir la ciencia economica dos siglos después del nacimiento de Cristo.
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viernes, 7 de enero de 2011

Economía Ecológica y Ambiental. Una comparación.

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Análisis Comparativo entre la Economía Ambiental y la Economía Ecológica
Por: Roger Arias Alvarado

I. Nota Introductoria

La mayoría de los países desarrollados así como los de rápido crecimiento económico, le brindan poca importancia a la conservación ambiental, por cuanto existe la filosofía de que es preciso generar a través del crecimiento económico, los recursos necesarios que servirán posteriormente para el tratamiento de los desechos y estragos generados por las actividades productivas; es decir, crecer primero para limpiar después. Esta concepción se basa en el hecho de que un mayor ingreso per-cápita producirá en el largo plazo, una reducción del deterioro ambiental individual. Sin embargo, tal razonamiento no incluye una reducción de los problemas ambientales generales, es decir, los problemas acumulativos de la contaminación.

Bajo esa perspectiva, se encuentra el argumento simplista de que la protección del medio ambiente es un lujo y que los países de recursos limitados no pueden desviar recursos hacia tal actividad (Thomas y Belt, 1997: 22-24). Esta visión, podría conducir y está conduciendo ya, a costos extremadamente elevados para la sociedad y el medio ambiente y a la vez, amenaza la sostenibilidad del crecimiento a través de las pérdidas irreversibles en ciertos recursos naturales y ambientales por los altos costos que conlleva la limpieza posterior.

Si bien es cierto que algunos de los recursos naturales, pueden reproducirse o regenerarse por el efecto mismo de la naturaleza o por la acción directa del hombre, la racionalidad economicista y cortoplacista basada en la maximización del beneficio presente, ha llevado a la explotación excesiva de muchos de ellos a tal punto de amenazar su existencia, tanto para las generaciones actuales como para las generaciones venideras.

El presente ensayo, pretende realizar un análisis comparativo entre los fundamentos teóricos de la economía ambiental y los de la economía ecológica, mismos que con frecuencia tienden a utilizarse indistintamente, aún y cuando existen diferencias sustanciales. La investigación se centra en identificar las diferencias entre una y otra corriente a la luz de 6 indicadores, que el autor ha podido identificar.

II. Marco Referencial

El argumento principal de gran parte de la teoría económica, es que un recurso se explota de forma irracional o excesiva cuando no existen derechos de propiedad claramente definidos sobre el mismo, ya que el libre acceso al recurso hace que nadie tenga en cuenta las consecuencias futuras. Este argumento sin embargo, es discutible, dado que en muchos casos la eficiencia económica, (guiada por el afán del valor presente), conduce a la extinción de algunos recursos. Al respecto, Martínez Alier y Roca Jusment (2000: 328) sostienen que “las decisiones que siguen la lógica del beneficio privado, no tienen en cuenta las relaciones ecológicas de un recurso dentro de un ecosistema, para asegurar su estabilidad o resiliencia, sino que sólo consideran su capacidad de generar bienes comercializables”.

Esta interpretación, envuelve y trasciende el planteamiento de la economía de los recursos naturales que determina el manejo de los recursos tomando en cuenta los rendimientos máximos sustentables; ello implica, utilizarlos a un ritmo tal que corresponda a su tasa de regeneración natural y artificial, lo que se conoce en los textos como máximo de producción sustentable o límite de explotación del recurso.

Desde la perspectiva de la economía ambiental, se sostiene que es necesario buscar la optimización de los bienes naturales y ambientales. En esa dirección se considera que la mejor manera de garantizar un medio ambiente más saludable, es el mercado, acompañado de un sistema de propiedad privada, con los derechos de propiedad claramente definidos sobre los recursos. Este enfoque neoclásico, considera el deterioro ambiental como resultado de las fallas del mercado, entre las cuales se mencionan, (Panayotou, 1994: 57):

a) Derechos de propiedad mal definidos o no existentes, los cuales se consideran requisitos indispensables para el uso de los recursos, ya que quien no tenga seguridad de la propiedad de los recursos y de que ésta sea válida no se preocupará por la degradación del ambiente.

b) Recursos sin precio y mercados inexistentes o precarios, no hay un mercado para los recursos de acceso abierto, y por lo tanto tampoco existe un precio, pues no hay un propietario seguro y exclusivo que pueda exigir tal precio y negar el acceso al bien si no se efectúa el pago.

c) Bienes públicos, estos se caracterizan por generar externalidades cuya internalización es muy costosa porque se proveen en cantidades fijas, ya que se pagan por medio de impuestos independientemente de la cantidad que se consuma. Por lo que no deben ser provistos por el mercado sino que por el Estado y financiados con los impuestos que se recaudan.

d) La miopía, significa que se deben ampliar los horizontes de tiempo y las tasas de descuento para contar con beneficios más sostenibles en el largo plazo.

e) La existencia de externalidades. Consisten en el efecto que los actos de un agente económico producen en otro u otros agentes sin que hayan sido compensados por tales efectos.

Esta concepción de externalidad, está basada en un discutible subjetivismo ya que no toma en cuenta los aspectos intergeneracionales. Bajo esta visión, “la externalidad se produce no cuando existe algún impacto ambiental, sino solo cuando éste afecta a la función de beneficios de una empresa o cuando es percibido por las personas afectadas” (Martínez Alier y Roca Jusment 2000, pp. 104)

Por otro lado, existe un fuerte debate sobre la eficacia y la eficiencia de los distintos instrumentos de política ambiental, orientados a internalizar las externalidades sustentado en el principio de que “el que contamina paga” y a minimizar los impactos sobre el medio ambiente. Esta estrategia de internalización de externalidades, ha recibido la crítica de algunos y la defensa de otros entendidos en la materia. Hay quienes sostienen que llevar al mercado los bienes ambientales y naturales, es convertirlos en mercancías y por tanto permite que los posea aquel que los pueda pagar.

Bajo la perspectiva anterior, la venta de oxígeno a los países desarrollados mayormente contaminadores, por parte de los países con abundancia de bosques, no resuelve el problema ambiental sino más bien es una licencia para que continúen con la destrucción del medio ambiente. Refiriéndose a Costa Rica, (Fernández 2001: 19), argumenta que “...la tendencia en Costa Rica por tener una economía globalizada, hace que el ambiente se convierta en una mercancía y en un negocio particular rentable, ...el ambiente no se negocia... hay que luchar por una justicia ambiental, por una seguridad ambiental y principalmente por una solidaridad ambiental...”

De igual manera hay quienes sostienen que esta política, no implica convertir el ambiente en mercancía sino más bien es una forma de reconocer que éste posee diferentes expresiones de valor que trascienden el aspecto financiero -objeto de comercialización- y que llegan hasta los valores éticos, morales, de existencia, de opción futura y los indirectos. En ese sentido, y refiriéndose al recurso bosque, Segura, 2001: 5, sostiene que...“un pago por servicios ambientales, crea una nueva forma de entender al sector forestal, cambiando su concepto de receptor de incentivos a productor de servicios, aumentando así la conciencia ambiental que además es productiva, pues la gente piensa ahora en conservar el bosque y aprovecharlo de forma sostenible porque cree en ese tipo de producción”.

Tanto la visión Neoclásica como el enfoque Institucionalista de la Economía Ecológica, sostienen que existen fallas de política las cuales se pueden dar cuando el Estado no interviene y es necesario, así como cuando interviene y esto no es lo más beneficioso para la sociedad. Las fallas del Estado se pueden clasificar en tres tipos, (Panayotou, 1994: 85):

a) Fallas en materia de Proyectos, solo toman en cuenta la base financiera y no consideran las externalidades.
b) Fallas en Políticas Sectoriales, son las que no toman en cuenta los vínculos entre los diversos sectores de la economía.
c) Fallas en las Políticas macroeconómicas y de ajuste estructural, son las que tienen efectos negativos en la economía cuando se carece de una base microeconómica que pueda soportar la aplicación de esas políticas.

La visión de la economía ecológica en cuanto a los problemas ambientales y el agotamiento de los recursos naturales, trasciende el campo de acción de la economía ambiental y de la economía de recursos naturales, al incluir la evaluación física de los impactos ambientales de la economía humana, su planteamiento se orienta más a aspectos estructurales como el cambio de los patrones de producción y de consumo, para consumir menos recursos y energía y salvar el flujo de recursos que viene del ecosistema (transumo).

El encarecimiento de algunas fuentes de energía por ejemplo, puede conducir a cambio en la demanda de los consumidores y éstos pueden cambiar también las decisiones de inversión a largo plazo. Martínez Alier y Roca (2000:166), distinguen cinco estadios de ajuste de los consumidores: primero, los consumidores simplemente se ajustan para consumir menos energía; segundo, el criterio de la eficiencia energética se vuelve más relevante al comprar bienes que consumen energía; tercero, los oferentes desarrollan bienes más eficientes para responder a la demanda; cuarto, se impulsa la investigación y desarrollo de sistemas energéticos basados en energía renovable que permitan prescindir de los combustibles fósiles, y quinto, la localización de actividades, las infraestructuras y el modo de vida cambian para adaptarse a la situación de energía cara.

La economía ecológica contabiliza los flujos de energía y los ciclos de materiales en la economía humana, analiza las discrepancias entre el tiempo económico y el tiempo biogeoquímico y estudia también la coevolución de las especies con los seres humanos (Martínez Alier y Roca Jusment 2000: 14). De ahí entonces que el ser humano es considerado una especie más del ecosistema y por tanto las necesidades elementales de éste no se reducen a la alimentación sino que abarcan los servicios de diferentes tipos, proporcionados directamente por el medio ambiente, la destrucción de tales servicios, no es sustituible por el consumo de otros bienes o servicios.

Esta visión entonces, establece la interdependencia sistemática que existe entre la economía y los ecosistemas ¨como un proceso coevolucionario con fundamentos no neoclásicos basados en la biología evolutiva y en la física termodinámica¨ (Norgaard, 1984), en el que no se conocen ni en su totalidad ni con precisión los efectos actuales o futuros de esta interdependencia, sobre los componentes de los ecosistemas, incluidos los seres humanos. La enorme incertidumbre que existe sobre el impacto de las interdependencias, afecta tanto a las generaciones actuales como a las futuras, por lo que los cálculos monetarios a realizar, en los que habría que contar con los no nacidos, son completamente irrelevantes (Aguilera 1998: 64).

Si bien es cierto que todos los bienes de la biósfera, no pueden ser ubicados en el campo mercantil, todos los bienes mercantiles pertenecen a la biósfera y están sometidos a sus leyes que son las de la energía y la información, comunes a todos los elementos de la naturaleza. En ese sentido, el cálculo económico en términos monetarios no es eliminado por completo, sino más bien, es colocado en su verdadero sitio como un subconjunto de un contexto mayor.

Aguilera (1998: 66-68), establece cinco implicaciones en torno a la visión mercadocéntrica del ambiente, a saber:

a) Dado que una política de corrección de externalidades no puede garantizar, de ninguna manera las precondiciones para la supervivencia de las especies, los economistas que siguen analizando los problemas ambientales en términos de externalidades, pueden no sólo estar recetando políticas incorrectas, sino que además estar empleando bases conceptuales equivocadas para su análisis.

b) Ante la realidad según la cual los sistemas económicos son sistemas abiertos, se hace necesario emprender una seria reconstrucción de la economía para evitar el congelamiento conceptual, es decir, los conceptos de costos, beneficios, optimalidad y acción racional, necesitan ser dotados de un alcance mucho más amplio y de hecho, tienen que ser reformulados con referencia a las consecuencias ambientales, reales y potenciales derivadas de la producción, la selección de tecnologías, la asignación de imputs y la elección espacial.

c) Plantear las cuestiones ambientales, -la mayoría de las cuales tienen implicaciones sobre la propia vida de las generaciones presentes y futuras- en términos de preferencias, trivializa el planteamiento del problema aunque supuestamente intenta plantearlo de manera más objetiva para convertir todo en mercancía.

d) Debe dársele una importancia básica a los aspectos normativos o del marco institucional y no considerar como dados o caídos del cielo. Al margen de que la idea de desarrollo coevolucionario ya indica la necesidad de que el marco institucional evoluciona constantemente, es imprescindible la definición de normas y de objetivos específicos así como la elaboración de criterios adecuados para la evaluación apropiada de tales normas

e) La imposibilidad conceptual de llevar a cabo valoraciones monetarias de los beneficios y daños ambientales que se puedan considerar como relevantes, puesto que no existe intercambio mercantil con los sistemas biológicos.

En suma, la economía ecológica no es simplemente una especialización de economistas, es algo más amplio, es el estudio y la gestión de la sostenibilidad ecológica de la economía, en el sentido con que la palabra ¨sostenibilidad¨ se usa en la expresión desarrollo sostenible, (Martínez Alier y Roca Jusment 2000). Su interés se orienta más al ahorro de energía que a la búsqueda de soluciones temporales a los problemas ambientales, es decir, pretende salvar el transumo a partir del ahorro de energía exosomática, la cual depende de la economía, la cultura, la política y las diferencias sociales. Los países más industrializados, utilizan más energía para sus procesos de producción que los países pobres, de igual manera, las sociedades con ingresos mayores, tienen un consumo mayor, de ahí que la elasticidad-ingreso del uso de la energía (mide la relación entre el aumento del consumo de la energía con respecto al aumento porcentual del ingreso) sea también mayor.

III. Análisis Comparativo

El abordaje del análisis comparativo entre ambas corrientes ambientales (Economía Ecológica y Economía Ambiental), se ha considerado conveniente hacerlo a la luz de seis parámetros o indicadores, a saber: 1) objetivo perseguido 2) objeto de estudio, 3) enfoque de análisis, 4) fundamentos conceptuales, 5) concepción de valor, y 6) nivel de participación en la gestión del ambiente.

1. Objetivo Perseguido

La economía ecológica, tiene por objetivo, salvar el transumo (flujo de energías que provienen de la naturaleza) a través del uso austero de los recursos y de las fuentes renovables de energía, ello implica, propiciar cambios en los patrones de producción y de consumo tendientes a aumentar la ecoeficiencia y reducir el consumo per-cápita de recursos, sin perjudicar el nivel de vida de la población. Lo anterior se puede lograr a través del uso de recursos o fuentes alternativas de energía a partir de la innovación, que permita hacer un mejor uso de los recursos naturales. Ehrlich, R; Ehrlich, H y Holdren, J. (1989: 59) argumentan que ...es necesario contar con un flujo continuo de energía para mantener la vida en el planeta, puesto que toda la energía usada en la superficie de la tierra, de origen solar o nuclear, con el tiempo se degradará en calor.

En este orden de ideas, Daly (1996) plantea cuatro principios para la sostenibilidad, los cuales se resumen de la siguiente manera:

Primero, limitar la escala humana a un nivel sino óptimo, por lo menos dentro de la capacidad sustentable. Esto significa la elección simultánea de un nivel de población y un promedio de nivel de vida. La visión malthusiana de Daly, en la práctica resulta ser poco realista, por cuanto resulta difícil y hasta imposible, definir la escala humana óptima y la escala humana sustentable. La población no puede ni debe ser un obstáculo para la sostenibilidad, debería más bien enfrentarse el problema de la propiedad sobre los recursos naturales. Lo que debe limitarse, es la escala del transumo, hacia los ciclos de soporte ecosistémico de la vida, en un nivel compatible con sus capacidades de proporcionar los servicios ambientales esenciales.

Segundo, el progreso tecnológico para el desarrollo sostenible, debe ser creciente en eficiencia antes que en rendimiento. Esto implica diseñar el progreso tecnológico para aumentar la eficiencia pero no la eficiencia en el consumo de recursos. De nada serviría contar con tecnologías eficientes pero contaminantes.

Tercero, Los recursos renovables deben explotarse en base al máximo de rendimiento sostenido, lo que significa que las tasas de extracción de recursos, no deben sobrepasar las tasas de regeneración. Y las emisiones de desechos no deben exceder a la capacidad renovable de asimilación del ambiente .

Cuarto, los recursos no renovables se deben explotar a una tasa en donde se iguale a la creación de sustitutos renovables, esto significa, invertir parte de los ingresos del recurso no renovable, en generar o producir recursos renovables.

En suma, se trata de minimizar la pérdida de los servicios proveídos por el capital natural, aspecto que en algunos casos requiere de la conservación absoluta del recurso. Hay recursos que no pueden ser sustituidos por el capital elaborado por el hombre.

La economía ambiental se centra en la forma de corregir las externalidades con el menor costo para la sociedad, es decir, con la mayor eficiencia posible en términos económicos. Se pone énfasis en que los costos del control de la contaminación y el manejo del instrumento administrativo para dicho control, no excedan los beneficios de la reducción de la contaminación. Bajo esta lógica, se presenta la discusión sobre un conjunto de instrumentos tales como impuestos, cuotas, permisos negociables, subsidios por reducción de la contaminación, porcentajes de reducción uniforme y restricción de insumos entre otros.

La razón de aplicar un instrumento para corregir una externalidad, debe ser la de cambiar el comportamiento del agente contaminante. En tal sentido, la teoría establece que, deben gravarse los males y no los bienes; por tanto, un impuesto que se establece sobre cada unidad de contaminación y no sobre cada unidad de producción podría brindar un estímulo al agente, para disminuir el costo de reducir la contaminación, lo cual podría conducir a un cambio en el proceso de producción. Esto será posible, siempre y cuando el agente contaminante no tenga otra opción. Sin embargo, si el impuesto o cualquier otra sanción es internalizada en los precios de venta de los productos, difícilmente habrá un estímulo para cambiar el patrón de producción contaminante. En ese caso, aunque el instrumento sea eficiente en términos de eficiencia económica, resulta ser todo lo contrario en términos de eficacia ambiental y social.

Hay que observar que para garantizar no sólo la eficiencia sino también la eficacia de un instrumento en términos de reducir los efectos nocivos sobre el medio ambiente, debe tenerse presente que la entidad reguladora cuente con la potestad y capacidad de control sobre los agentes regulados. En la mayoría de países, la elección de uno u otro instrumento, así como la modalidad de aplicación del mismo, obedece a factores de carácter político, más que a aspectos de eficiencia. Al respecto, Stigler (1971), sostiene que “los afectados por la política ambiental, pueden beneficiarse o pueden sufrir debido a la elección del instrumento regulativo, y si los reguladores pueden beneficiarse de algunos actos de los agentes, tal como ofertas de apoyo político, pueden ser influidos a favorecerlos”.

Debe tenerse presente también que los instrumentos de política ambiental no garantizan mantener los niveles de contaminación en los límites de asimilación ambiental, por cuanto éstos son difíciles de determinar sobretodo por sus efectos trasngeneracionales. Resulta difícil por tanto, determinar los efectos de tal o cual actividad contaminante, sobre el ecosistema y las generaciones venideras.

En el caso de los permisos de contaminación negociables, se fija un tope máximo a la emisión permitida de contaminantes, de acuerdo a la capacidad de asimilación del ambiente y una vez que los permisos son repartidos entre los agentes económicos relevantes, pueden comercializarse bajo un conjunto de reglas preestablecidas. La distribución inicial de los permisos es realizada a través de mecanismos administrativos de asignación directa o por subasta. Estos permisos, han resultado ser relativamente efectivos, sobretodo porque cuando los precios de éstos son demasiado altos, las empresas se ven en la obligación de aplicar tecnologías más limpias en sus procesos productivos, tendientes a ahorrar energía y minimizar los desechos.

El mecanismo de los subsidios, consiste en pagar o brindar una contribución económica al agente que se preocupe por reducir sus niveles de contaminación y beneficiar así a aquellas empresas que contaminen por debajo de un nivel previamente establecido. La aplicación de este instrumento, fomenta la utilización de tecnologías más limpias y evita la sobreexplotación de los recursos. Hay que advertir, que en el largo plazo los subsidios pueden inducir la entrada de nuevos agentes contaminantes, lo cual puede resultar en un aumento de emisiones totales o una sobreexplotación de los recursos. De igual manera, la aplicación del subsidio recae sobre los contribuyentes, violando con ello el principio neoclásico de “el que contamina paga”, casi sagrado en el campo de la economía ambiental.

No obstante, el logro de la eficiencia y/o de la eficacia de cada instrumento, dependerá fuertemente de la colocación regulativa; de los recursos con que se cuente para hacerlos cumplir y de la voluntad y capacidad política para echarlos a andar. Cada uno de los instrumentos, su modalidad y magnitud de aplicación, presentan distintas resistencias, dependiendo del sector al que podrían favorece o al que podría perjudicar. Si bien es cierto que la aplicación de instrumentos de política ambiental han contribuido a minimizar el deterioro ambiental y a optimizar el uso de los recursos, poca incidencia han tenido en el cambio de los patrones de producción y de consumo ahorradores de recursos y de energía.

Resulta inadecuado y hasta cierto punto imposible, querer eliminar la contaminación con criterios económicos, pues desgraciadamente, casi siempre -ya sea por presiones de carácter económico o político- se les permite a las empresas, determinado nivel de emisiones de residuos o estándares de contaminación, superiores a la capacidad de asimilación de los ecosistemas, por lo que la acumulación de desechos continúa aumentando cada vez más.

2. Objeto de Estudio

La economía ambiental, se ocupa de valorar los bienes que integran el medio ambiente natural, para poder aplicar su lógica de coste beneficio, a través de implantar la definición de derechos de propiedad y el mercado sobre ellos o a través de la simulación de mercados para imputarles valores teóricos, a aquellos recursos ambientales y naturales que están fuera del mercado, pero que tienen un valor de uso y no de mercado.

Para ello, se apoya en métodos directos e indirectos, sobre el cálculo de coste de oportunidad, precios sombra, valoración contingente, etc. Al respecto, conviene resaltar el carácter subjetivo y poco práctico de los distintos métodos de valoración económica de los recursos naturales y ambientales, así como el hecho de que existen recursos a los cuales es imposible otorgarles un precio, dado que son invaluables desde el punto de vista económico.

En ese sentido, el objeto de estudio de la economía ambiental, “sólo se ocupa de aquello que, siendo de utilidad directa, para los hombres, resulte además apropiable, valorable y producible¨ (Naredo, 1998: 378). En definitiva, la economía ambiental se encarga de estudiar el problema de las externalidades, y la asignación intergeneracional óptima de los recursos agotables (Aguilera y Alcántara, 1994: 16). Se trata entonces de obtener los precios óptimos que indiquen la senda óptima que debe seguirse en la extracción de recursos agotables, conocido como el rendimiento máximo sustentable.

Sin embargo, esta concepción de asignación óptima de un recurso natural a través del mercado, pierde validez si se aborda desde la perspectiva intergeneracional, en donde no es posible conocer la demanda mundial del mismo aún y cuando se cuente con métodos cuantitativos como la econometría.. “La asignación intergeneracional de recursos agotables, proporciona un argumento en contra del individualismo de la teoría económica, dado que muchos de los agentes económicos relevantes aún no han nacido y no pueden por tanto expresar sus preferencias” (Martínez Alier, 1987: 44-46).

La economía ecológica por su parte, tiene por objeto de estudio, la interacción coevolutiva sustentable entre la sociedad y la naturaleza; es decir, la condición física de los bienes a gestionar y la lógica de los sistemas que los envuelven, considerando desde la escasez relativa y la renovabilidad de los recursos empleados, hasta la nocividad y el posible reciclaje de los residuos generados, a fin de orientar con conocimiento de causa, el marco institucional para que éste brinde ciertas soluciones, basadas en un razonamiento amplio de la biosfera y los recursos, con independencia de que sean o no valorados (Naredo, 1994: 378).

De esa manera, el objeto de estudio de la economía ecológica, trasciende del universo aislado de los valores de cambio y llega a la transdisciplinariedad, acompañada de un trabajo multidisciplinario e interdisciplinario, desplazando así el centro de gravedad de sus preocupaciones desde el sistema de valores mercantiles, hasta las condicionantes del universo físico y social que lo envuelven. En consecuencia, la tarea de la economía ecológica está orientada a diseñar mecanismos que no caigan en la trivialidad de los instrumentos de mercado, sino más bien diseñados sobre la base de indicadores físicos así como interpretativos cualitativos.

3. Enfoque de Análisis

Partiendo del hecho de que la economía ambiental es una ampliación de la economía tradicional neoclásica, la misma está orientada al uso óptimo de los recursos naturales y ambientales. Este enfoque considera que el mercado es el centro del sistema, se limita a proponer las asignaciones eficientes en el sentido de Pareto y a corregir las externalidades concebidas como fallas del mercado, pero le otorga poco interés a la escala del ecosistema que es al mismo tiempo fuente de recursos naturales y soporte de las actividades productivas de la sociedad.

En realidad, el ambiente es sensible a la escala física de la economía y el bienestar de la humanidad es sensible a la vez, al funcionamiento del ambiente. Si la economía sigue creciendo sin tomar en cuenta la escala y la disponibilidad de recursos, se logrará una situación de caos, por lo que debe ponerse especial interés en la importancia del flujo de utilización, de su escala óptima y también de la asignación óptima, concebidos como aspectos dinámicos y no estáticos.

La economía ambiental, considera que el deterioro de los recursos naturales es una falla de mercado, la cual se puede internalizar con la utilización de instrumentos de compensación económica. Tiene como principio básico, la expresión en términos monetarios de los recursos naturales y de las externalidades. Asimismo, plantea la condición de definir claramente los derechos de propiedad, pues de acuerdo a la teoría, es en base a ellos que se estimula a los agentes económicos para proteger el ambiente e internalizar los costos de la degradación que provoca la actividad productiva. Sin embargo, este enfoque, carece de la visión fundamental que se refiere a la interdependencia entre el hombre y la naturaleza.

El enfoque de la economía ambiental, adquiere un carácter antropocéntrico en el que todas las otras especies que habitan en el planeta Tierra, son las que tienen que estar disponibles para la satisfacción de los requerimientos de los seres humanos. Tiene como supuesto que el progreso tecnológico conduce al hallazgo de productos sustitutos de los recursos naturales; por lo tanto, le adjudica poca preocupación y ocupación a las barreras que pueda imponer el entorno ambiental y la disponibilidad de los recursos naturales para la producción. Por ser considerada una extensión de la teoría económica neoclásica tampoco considera el concepto de equidad.

Desde la perspectiva de la economía ecológica, se reconoce que todo sistema está compuesto por un conjunto de subsistemas interrelacionados entre sí, creando una unidad funcional básica. En esa lógica, un ecosistema está formado por comunidades de seres vivos (organismos), que mantienen algún tipo de relación entre sí y con el medio que les rodea.

Este tipo de unidad, se expresa en componentes que a su vez crean una cadena trófica entre ellos, a través de la cual se da la transmisión de energía y en donde cada eslabón de dicha cadena se alimenta y obtiene energía del eslabón precedente y en algunos casos sirve de alimento a un eslabón superior. Bajo esa concepción, la resiliencia (capacidad de autogeneración de una especie) tiene que ver con la capacidad de mantener la estabilidad de la cadena dentro de un ecosistema, teniendo en cuenta todas las relaciones ecológicas de un recurso dentro del mismo, pero desde una concepción dinámica.

Si el impacto que recibe el ecosistema es muy grande, entonces se rompe la resiliencia y si las fuerzas de la estabilidad (el magnetismo) hace que se vuelva nuevamente al equilibrio, entonces la resiliencia es grande, pero si ésta se rompe y conduce a resultados irreversibles, entonces la misma es pequeña. En consecuencia, la economía pone límites a la destrucción ambiental, y al consumo de energía que amenaza con la desaparición de los recursos y las especies incluyendo al hombre mismo, los sistemas económicos deben ajustarse a los retos impuestos por el ambiente y la naturaleza y no al revez.

La economía ecológica se interesa por las dimensiones de la economía y sus interacciones con el ecosistema, además de examinar los aspectos transgeneracionales. Señala que todos los sistemas económicos son subsistemas comprendidos dentro del sistema biofísico, que guarda una relación de interdependencia con la ecología. En ese sentido, el ecosistema impone una limitación físicas a la expansión del sistema económico. Si bien es cierto que la extinción de algunos recursos es el resultado de la explotación excesiva motivada por el afán del máximo beneficio privado, debe tenerse en cuenta también que muchos de los recursos naturales y ambientales no son parte de las transacciones en el mercado, pero sufren directa o indirectamente las consecuencias de la explotación comercial.

Otro aspecto importante de la economía ecológica lo constituye su enfoque transdisciplinario, multidisciplinario e interdisciplinario. En relación al primero, toma elementos de otras ciencias como la física, química y biología. Integra disciplinas y no solamente trasciende los límites de ellas, sino que genera nuevos conceptos y estructuras mentales para extender la teoría interdisciplinaria ( Proops, 1999).

La multidisciplinariedad se expresa en el hecho de incluir varias personas de diferentes experiencias y disciplinas para el análisis. En cuanto a la interdisciplinariedad, la economía ecológica rompe con los límites de la disciplina para el análisis de los problemas ambientales, “requiriendo que el equipo esté familiarizado con el instrumental económico y con la ciencia natural para entender el por qué de los efectos, las consecuencias y las expectativas” (Proos, 1999).

La economía ecológica, se convierte en un instrumento a utilizar, pero sobre bases controladas para conseguir soluciones que se adapten a determinados objetivos o estándares socialmente acordados, (Naredo, 1994: 376). Se trata entonces de una noción de sistema abierto, en donde el sistema económico es solamente una parte integrante de un ecosistema mayor caracterizado por interrelaciones tróficas.

El enfoque de la economía ecológica se preocupa por las dimensiones de la economía y sus interacciones con el ecosistema, además de considerar los aspectos transgneracionales, por lo que se convierte en un criterio compatible con el concepto de desarrollo sostenible, en su forma más aceptada y difundida por la comisión Brundtland, el cual se refiere a velar por el desarrollo de las generaciones presentes en términos de la disponibilidad de recursos, sin comprometer el desarrollo de las futuras generaciones.

Asimismo, considera a los sistemas de producción como flujos abiertos los cuales toman la materia y la energía, que no se pueden crear ni destruir. Los insumos de la producción son tomados de la naturaleza y del ambiente, como estos no se pueden destruir regresan al ambiente en forma de calor disipado y residuos materiales, que mediante el reciclaje pueden volver a ser parcialmente utilizados.

4. Fundamentos Conceptuales

La economía ambiental constituye una extensión y especialización de la economía neoclásica, basada en la yuxtaposición de conceptos económicos y ecológicos. La unidad de gestión de la economía ambiental está constituida por los recursos naturales y ambientales, de ahí que se considere la noción de propiedad privada, o definición de derechos de propiedad, como la estrategia más racional para optimizar los recursos.

Ha quedado demostrado, que por si sola, la privatización del medio ambiente no ha podido dar respuesta al grave deterioro ambiental. El mercado no es ni debe ser la solución de todo y para todo. Las pautas de consumo y los patrones de comportamiento en los procesos de producción ahorradores de energía y recursos, difícilmente se verán modificados por el mercado. En tal sentido, se requiere entonces que tales patrones sean influenciados mediante decisiones de carácter político, en donde el mercado esté al servicio de la sociedad y no la gente al servicio del mercado.

En el mercado sólo cuentan las demandas solventes. El precio que alguien está dispuesto a pagar -y también a recibir- depende siempre de cual es su poder adquisitivo. “Así, el mercado llevaría (como ya lleva allí donde existe), a que los pobres padeciesen mayores impactos ambientales que los ricos” (Martínez Alier, 2000: 114) El planteamiento de la contaminación óptima, podría ser valedero si se supiera que la contaminación tiene un efecto ambiental reversible; pero en la mayoría de las situaciones, existe una incapacidad para dar valores monetarios a todos los efectos ambientales, muchas veces desconocidos aún, irreversibles e inciertos.

La economía ecológica, con su enfoque de sistema abierto descrito anteriormente, establece las interrelaciones dinámicas entre el sistema económico y el conjunto de sistemas físico, social, natural y humano; es decir, plantea un enfoque ecosistémico. Tiene sus fundamentos en tres nociones de carácter biofísico, a saber (Aguilera y Alcántara. 1994: 28):

a) El reconocimiento de la primera ley de la termodinámica, la cual establece que “la materia no se crea ni se destruye, únicamente se transforma”. A pesar de que esta ley ha sido mal interpretada por algunos para justificar una visión mecanicista de la economía, (en el sentido de que ésta no agota recursos naturales y ambientales), la misma permite descartar la noción de externalidades ambientales, por cuanto de acuerdo con esta ley, la generación de desechos es inherente al proceso de producción y consumo y no es algo aislado, ocasional o ajeno a la economía.

b) La entropía o segunda ley de la termodinámica que sostiene que “la energía y la materia se degradan continua e irrevocablemente, desde una forma disponible a una forma no disponible, o de una forma ordenada a una forma desordenada”. Bajo este razonamiento, lo que confiere valor a la materia y a la energía, es su disponibilidad para ser usada, no así la energía y materia no disponible o ya utilizada, la cual debe ser considerada como residuo en un sentido termodinámico.

c) La imposibilidad de generar más residuos de los que puede tolerar la capacidad de asimilación de los ecosistemas, so pena de la destrucción de los mismos y de la vida humana y la imposibilidad de extraer de los sistemas biológicos, más de lo que se puede considerar como rendimiento sostenible o renovable, pues de lo contrario éstos se agotarían y terminaría también la vida humana.

La economía ecológica parte de fundamentos biofísicos, en donde la unidad de gestión apropiada es el ecosistema y no el recurso. El hombre no utiliza recursos naturales, sino ecosistemas y en la medida en que el sistema económico modifique los sistemas biológicos, el ser humano se ve a su vez obligado a adaptarse a los cambios generados por él mismo. Bajo esta condición, la privatización del medio ambiente es virtualmente imposible, los bienes ambientales son invaluables y la solución no está en llevarlos al mercado.

5. Concepción de Valor

En la perspectiva de la economía ambiental, el dinero es el lenguaje común para establecer el valor de los recursos naturales y los servicios ambientales; aunque no se excluyen, los valores éticos, morales, de existencia, y otros. Los principios de que “el que contamina paga”, “el que se beneficia paga” y “el que limpia cobra”, muy en boga dentro del campo de la economía ambiental, pone en evidencia el hecho de que para esta disciplina, el mercado es la única y confiable solución a los problemas ambientales. Bajo esta concepción, la preocupación no es tanto por la energía y los recursos naturales, sino por la contaminación y el deterioro del medio ambiente.

El supuesto de que el valor de los bienes naturales y ambientales, puede expresarse en términos monetarios equivalentes y que ese valor se basa en la utilidad o satisfacción que dichos bienes reportan para los individuos -valores que se establecen a través de los distintos métodos de valoración económica ambiental-, deja abierta la posibilidad de que éstos no le otorguen valor de cambio o valor de uso a determinados bienes naturales y ambientales, dado que para ellos, la existencia de los mismos, resulte ser irrelevante.

En este sentido, existen tres cuestiones en torno a las técnicas de valoración, que presentan problemas potenciales (Eberle y Hayden, 1994: 201): La primera, es el uso de una función de utilidad para calcular el valor; la segunda es la naturaleza hipotética de solicitar ordenaciones según el valor; y la tercera es la de validar los datos resultantes, es decir si el cuestionario mide lo que pretende medir.

En definitiva, la solución de un determinado problema ambiental a partir de los métodos de valoración de la economía ambiental, no está desprovista de una gran carga de subjetivismo y deficiencias, lo cual requiere y demanda la búsqueda de instrumentos distintos, no necesariamente de mercado. Aún y cuando existen distintos métodos para otorgarles valores crematísticos a las externalidades que el mercado no valora, éstos no son aplicables si el daño al ecosistema es irreversible.

La economía ecológica por su parte, no está simplemente interesada en la internalización exacta de las externalidades en el sistema de precios (puesto que resulta imposible cuando se desconocen los efectos futuros e inciertos de tales externalidades). “La cuestión es más bien poner límites ecológicos a la economía (a través de un debate abierto y democrático en el plano científico y político) y forzar luego a la economía a permanecer en estos límites gracias a una mezcla de medidas políticas, sin excluir las medidas basadas en la operación del mercado (Martínez Alier, y Roca Jusment 2000: 459). De este razonamiento, se deriva una nueva concepción del valor mediante la negociación y la mediación de los procesos políticos.

La economía ecológica, puede incorporar los aspectos crematísticos de la economía ambiental, pero esto es solamente uno de los aspectos posibles para enfrentar la problemática ambiental, dado que es una ciencia que tiene una responsabilidad hacia la sociedad y no puede jugar con la incertidumbre, puesto que, la puesta en juego es alta y puede amenazar con la sobrevivencia misma del planeta (Munda, 1998). Bajo esa perspectiva, existe una concepción inconmensurable de valor por cuanto se acepta el hecho de que existen muchos valores, todos legítimos y muchas veces conflictivos.

Al interior de la economía ecológica, existen marcos de referencia para la generación de indicadores físicos, tales como: 1) el espacio ambiental, en donde se valora el espacio que ocupa un país o el espacio promedio ambiental de los ciudadanos, respecto al consumo de recursos y energía y a la generación de desechos. Hay que medir por ejemplo, cuánto CO2 emite una nación, respecto a su población.

Proporcionalmente, todos los países más industrializados ocupan mucho más atmósfera de la que les correspondería; 2) la procreación primaria neta de energía que se refiere a la generación de biomasa por parte de los ecosistemas; y 3) el análisis multicriterio que constituye una metodología que toma en cuenta aspectos fisiológicos y éticos. El análisis multicriterio es interesante, puesto que permite la participación de muchos actores en la evaluación de los recursos naturales y ambientales y en la búsqueda de soluciones concertadas.

La economía ecológica debería poner interés en la creación de una función de coste energético que sirva de base para medir los costes físicos de producción. Asimismo, el ahorro de energía puede darse a partir del establecimiento de precios elevados para las energías de fuentes no renovables como la que proviene de los combustibles fósiles, de tal manera que se pueda crear un fondo para poder financiar el desarrollo de energías alternativas y el desarrollo de tecnologías ahorradoras de la misma, con efectos menores sobre el medio ambiente. No obstante, hay que advertir que no existe tecnología alguna que permita restaurar la pérdida de biodiversidad.

6. Nivel de Participación Social en la Gestión del Ambiente

El carácter individualista de la teoría neoclásica, está presente también en la economía ambiental, con relación a la gestión de los recursos naturales y ambientales. El hecho de considerar la externalidad como tal, da la impresión de que se trata de algo ajeno al proceso de producción, como algo indeseado y no como el resultado del proceso productivo y del sistema económico mismo. La externalidad, más que una falla del mercado, es un mecanismo de transferencia de costos a otros agentes.

Asimismo, la definición de externalidad está influenciada por una carácter individualista, pues se trata de los efectos que el proceso productivo de un agente genera sobre otro. Bajo esta concepción, la solución a tales externalidades, puede darse a partir de la negociación entre el agente provocador de los efectos contaminantes y el receptor.

Con esa lógica, pareciera ser que los efectos nocivos de las actividades productivas tienen una dirección particular sobre un agente específico, y no sobre la colectividad y el ecosistema mismo. Aún bajo el supuesto que la negociación sea con la colectividad, es difícil y quizá imposible contar con el consenso cuando los grupos son demasiado grandes; a tal grado que la negociación se realiza únicamente con los representantes de los grupos. Además, en la negociación no entran en juego las demandas y opiniones de los que aún no han nacido y que se verán afectados –más que los presentes- por los efectos de los contaminadores actuales.

De igual manera, desde la perspectiva ambientalista-neoclásica, la internalización de las externalidades, se hace a partir de una discusión técnica cerrada, en la cual se requiere de una autoridad técnica específica, la cual en la mayoría de los casos, no toma en cuenta ni las opiniones ni la participación activa de las comunidades afectadas para la solución de los problemas ambientales.

No obstante, en los últimos años, los planes de gobierno de muchos países contemplan en el campo ambiental, la participación local en la gestión de los recursos naturales y en la búsqueda de soluciones a los problemas ambientales. Esta situación podría conducir en algunos casos, a una transferencia del problema ambiental hacia las comunidades, en donde las autoridades tratan de evadir responsabilidad sobre el asunto; sobretodo cuando los recursos naturales y ambientales han llegado a un nivel de deterioro casi irreversible o de escasez como el caso del agua para consumo humano.

Dado que la economía ecológica está interesada en mantener el acervo, (entendido éste como el inventario total de bienes de consumo, de producción, y población humana capaz de satisfacer deseos humanos, tanto relativos como absolutos); demanda necesariamente la búsqueda del consenso a través de todos los involucrados, sean éstos contaminantes o contaminados. Más que interesarse por internalizar externalidades, está interesada en mantener la cantidad y calidad del acervo, de ahí que, para que los servicios que provienen del ecosistema sean de mayor utilidad, la sociedad en su conjunto debe interesarse y velar por el buen uso de los recursos naturales y ambiéntales.

En consecuencia, la visión de la economía ecológica es de conjunto y por tanto, la búsqueda de soluciones no sólo a los problemas ambientales evidentes sino al ahorro de energía, y de recursos, es el resultado de la multiplicidad de participantes con perspectivas distintas. Se requiere entonces, de la participación activa de todos los actores sociales, políticos y económicos en la definición de soluciones, en donde las distintas perspectivas complementarias se articulan en un diálogo racional y en el que los aspectos éticos adquieren una importancia relevante, para derivar recomendaciones políticas que incluyan o que adviertan sobre los límites de la incertidumbre y el manejo, es decir, conclusiones de tipo metodológico y ético, que adviertan que estar seguro es mejor que estar en el óptimo, lo cual implica minimizar los daños futuros de carácter irreversible o desconocidos.

IV. A Manera de Conclusión.

Existen grandes diferencias entre el énfasis de la economía ecológica y la economía ambiental. Sin embargo, a pesar de las mismas, los avances en dichos cambios, pueden posibilitar oportunidades de integración entre ambas corrientes.

Tanto en la economía ecológica como en la economía ambiental, hay un enfoque dominante basado en el capital, pero diferenciado en la discusión de sustituibilidad entre el capital producido por el hombre y el capita natural. El enfoque de la economía ecológica, es el de una sostenibilidad fuerte, que establece límites bien definidos a la actividad humana y considera que mantener un acervo de capital agregado, es una condición necesaria pero no suficiente; ello implica, considerar ambos tipos de capital como complementarios y no como sustitutos. Se debe mantener una cantidad crítica del acervo de capital natural, para evitar daños irreversibles, dado que como sostiene Turner, (1999) ¨en el largo plazo, no es posible reemplazar las condiciones que permitan la vida por capital elaborado por el hombre.

La economía ecológica, reconoce que la economía convencional asigna recursos, pero no puede seleccionar la escala óptima; por tanto, debe haber un principio de separabilidad entre las decisiones de escala óptima y la asignación que determinan las políticas ambientales. El factor limitante en este caso, es el capital natural que se encuentra en una relación de complementariedad y no de sustitución con el capital elaborado por el hombre. Bajo esa visión, la escala no es un asunto de asignación, por tanto no tiene cabida en el mercado.

Los mecanismos de mercado utilizados por la economía ambiental, para internalizar las externalidades, se ven limitados al no considerar el nivel de escasez social, absoluta e intergeneracional de los recursos. Existen impactos ambientales cuya magnitud temporal, es imposible de predecir.

Tanto la economía ambiental como la economía ecológica, presentan grandes limitaciones. Las primeras han sido discutidas ampliamente en el documento. En cuanto a la economía ecológica, hay que reconocer que es una disciplina relativamente reciente, todavía en proceso de construcción y por tanto presenta limitaciones relacionadas con la construcción de indicadores físicos distintos a los de la economía ambiental.

Además, a esta última disciplina le hace falta plantear argumentos con viabilidad de carácter político, para poder operativizar de mejor manera su enfoque. Hay que tener presente que las políticas ambientales, van orientadas según los intereses de los grupos de presión, los cuales son múltiples y conflictivos.

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